La Pequeña Habana forma parte esencial de la vida de Miami. Se trata de un sector habitado casi en su totalidad por latinos, principalmente cubanos.
Este popular vecindario comenzó a tomar vida propia a partir de 1960 cuando se inició el éxodo de ciudadanos cubanos que huían de la llamada Revolución Cubana liderada por Fidel Castro.
Hoy día la población de La Pequeña Habana ronda las 500 mil personas.
Numerosos establecimientos comerciales tratan de brindar a visitantes y lugareños un pedazo de aquello que algún día dejaron en su isla amada.
Allí puedes disfrutar de platos típicos como el famoso sándwich cubano, la ropa vieja, la yuca con mojo, el congrí, el cerdo asado, los moros y cristianos y el infaltable café “cortadito”.
Igualmente, la artesanía cubana y los tradicionales habanos hechos a mano se pueden conseguir al recorrer sus calles.
Uno de los lugares más emblemáticos de la Pequeña Habana es el Parque Dominó. Un espacio semi abierto en el que decenas de adultos mayores se reúnen a diario para jugar una partida de dominó, ajedrez o cartas.
Uno de los eventos más característicos de la zona es el Carnaval de Miami Festival de la Calle 8. Una cita anual que celebra la hispanidad y que reúne al menos a un millón de personas en cada edición.
Otro de los acontecimientos anuales que se da aquí es el Gay 8 Festival. Un encuentro que reúne a la comunidad LGBT a mediados del mes de febrero.
Ambas actividades son desplegadas en la famosa Calle 8. En los dos casos se presentan grupos musicales y los asistentes pueden disfrutar de la excelente comida latina a lo largo del recorrido.
Otras de las actividades que vale la pena disfrutar en La Pequeña Habana es el llamado Viernes Cultural. Actividad realizada cada tercer viernes de cada mes en los distintos bares y restaurantes de la localidad.
En el marco del Viernes Cultural se presentan agrupaciones musicales, teatrales y de diversas ramas artísticas para el disfrute de toda la familia.
Te recomendamos no perderte el ambiente de La Pequeña Habana luego de media tarde hasta entrada la noche. Son las mejores horas para disfrutar a plenitud. Atrévete.